Alimentación y fármacos en terapias oncológicas

A diferencia de gran parte de las terapias oncológicas, que deben ser administradas de forma intravenosa y monitorizadas in situ por profesionales sanitarios, los SMKI se administran de forma oral. Esto es una gran ventaja al facilitar la toma de los medicamentos, y supone un considerable aumento de la calidad de vida del paciente. Pero desde la perspectiva farmacológica, la vía oral implica que la sustancia activa tenga que ser absorbida por el organismo y alcanzar el torrente sanguíneo. Este proceso puede verse alterado por la ingestión conjunta de alimentos: un ejemplo reseñable de un factor propio de la vía oral que afecta a la absorción de estas moléculas es el pH gástrico, que aumenta al tomar alimentos o medicamentos antiácidos; dicho estado desfavorece la solubilidad, y por tanto la absorción, de algunos SMKI. Otro ejemplo de cómo se altera la absorción, pero positivamente, se ve al ingerir alimentos con alto contenido en grasa, ya que la mayoría de los SMKI son liposolubles; por ejemplo, el lapatinib (aprobado como quimioterapia para cáncer de mama y otros tumores sólidos2), incrementa la concentración que alcanza en el plasma sanguíneo hasta tres veces siguiendo dicha ingesta, pudiendo conseguir la misma concentración con menor cantidad de fármaco.