El poder de la palabra

Entrevista a la Dra. María Crespo - Catedrática en Psicología Clínica en la Universidad Complutense de Madrid

Como bien cita Alighieri, somos los narradores de nuestro propio libro, nuestra propia historia. Y no es algo puntual, estamos continuamente escribiendo en él: vivencias, pensamientos, sensaciones… ¡todo! Pero… ¿Para qué? ¿Cuál es nuestro objetivo? A través del autorrelato construimos historias de nosotros mismos con dos objetivos principales: poder contarlas a los demás, y, además, dar un sentido e interpretación de la realidad. Sin embargo, estos relatos no son un puro reflejo de la realidad sino más bien una representación sesgada por variables como la cultura, el estado emocional, o incluso, influenciada por historias que ya hemos escrito con anterioridad. En consecuencia, una misma historia puede ser escrita de diferente forma por cada persona.

Varias décadas atrás, los terapeutas David Epston y Michael White propusieron en los años setenta la terapia narrativa, un enfoque terapéutico en el que la narración fuese protagonista. A través de esta terapia, se guía a la persona a la reescritura de sus historias perjudiciales diseñando relatos alternativos que ofrezcan nuevos significados y como consecuencia, mejoren el estado psicológico de la persona. En la actualidad, la terapia narrativa ha mostrado eficacia en variedad de trastornos como la fobia social,el trastorno de estrés postraumático, o la depresión.

En el caso de la terapia narrativa para el estrés postraumático, en My Scientific tenemos la gran suerte de poder entrevistar a la Dra. Crespo, Catedrática en Psicología Clínica en la Universidad Complutense de Madrid. Ella, junto a su grupo “Victomiología: atención psicológica a víctimas de experiencias traumáticas”, aborda la problemática psicológica de personas sometidas a diversas situaciones de estrés crónico, acontecimientos vitales estresantes y acontecimientos traumáticos. Para saber un poco más sobre sus trabajos, pongamos atención a la Dra. María Crespo.

Gabriel Abril Rodriguez
Dra. María Crespo
My Scientific Journal.  Una de tus líneas de estudio se centra en evaluar la eficacia de ciertas intervenciones en el trastorno de estrés postraumático, en particular la terapia de exposición narrativa ¿Podrías contarnos en qué consiste este tipo de terapia y si resulta eficaz para todos los síntomas asociados a este trastorno?

María Crespo. La terapia de exposición narrativa es una variante de la terapia de exposición, una de las técnicas que cuenta con una mayor evidencia de eficacia para el tratamiento del trastorno de estrés postraumático. La idea fundamental de las técnicas de exposición es que el paciente se enfrente en un marco terapéutico al recuerdo de la situación traumática, algo que habitualmente intenta evitar, hasta que éste deje de provocar un malestar tan alto, de modo que pueda ser manejable y pueda integrarse dentro de los recuerdos autobiográficos. La persona es animada a revivir esas experiencias mientras las narra, sin perder la conexión con el aquí y ahora; para ello el terapeuta hace ver cómo los sentimientos y las respuestas fisiológicas que la persona está experimentando son el resultado de la activación de los recuerdos.

En el caso concreto de la terapia de exposición narrativa, se hace hincapié en la integración de esos recuerdos en la autobiografía de la persona, lo que se consigue gracias al desarrollo de una línea de vida en la que, obviamente, se recogen los acontecimientos traumáticos, pero también otro tipo de vivencias, incluidos los acontecimientos positivos.

Esta técnica produce una disminución importante en la sintomatología postraumática, con un efecto más limitado en la sintomatología depresiva. No obstante, hay que ser aún cautos a la hora de establecer la eficacia de la terapia de exposición narrativa, siendo necesarios más estudios clínicos para establecer de manera inequívoca sus efectos. Además, hay que tener en cuenta que se ha utilizado en contextos muy concretos, fundamentalmente con refugiados y solicitantes de asilo, por lo que deben analizarse sus posibilidades de aplicación en otros contextos.

En cualquier caso, se trata de una propuesta de indudable valor, ya que los datos apuntan a que la terapia de exposición narrativa es una intervención breve y eficaz en contextos en los que los tratamientos psicológicos son difíciles de aplicar, tales como campos de refugiados. Es más, el contexto cultural de algunas de estas personas podría facilitar la aplicación de este tipo de terapia en la que el trauma se aborda de forma narrativa.

De hecho, ésta es una de las terapias centradas en el trauma mencionadas y recomendadas en la revisión de 2018 de la guía de tratamiento del estrés postraumático del National Institute for Health and Care Excellence (NICE), uno de los puntos de referencia fundamental en el área.

MSCJ. Cuando leía sobre la terapia de exposición narrativa no he podido evitar pensar en la clásico “diario” que nos ha acompañado durante toda nuestra niñez. Realmente, ¿existe alguna semejanza entre ambas?

MC. En realidad, sí que existen ciertas semejanzas. En ambos casos la persona relata sus experiencias, construyendo con ese relato su propia narrativa vital. Sin embargo, en el caso de la terapia de exposición narrativa esto se hace dentro de un marco terapéutico que va a posibilitar la aplicación de otro tipo de técnicas cuando sea preciso, algo que puede ser muy relevante cuando los recuerdos producen un malestar intenso que la persona no es capaz de manejar, lo que es bastante frecuente cuando se evocan acontecimientos traumáticos. Es más, en este marco es esencial el mantenimiento o la reiteración del recuerdo hasta que se produzca una disminución significativa en el malestar, y en particular, en la ansiedad y el miedo que provoca, lo que no suele suceder en los diarios.

Gabriel Abril Rodriguez
MSCJEs realmente interesante saber que no únicamente con el habla sino también con la escritura podemos reestructurar nuestros recuerdos y emociones. ¿Qué aporta esta técnica que no otras?

MC. El aspecto diferencial más importante respecto a la exposición tradicionalmente utilizada en el tratamiento del estrés postraumático es que, mientras la exposición se centra únicamente en el evento traumático, la terapia de exposición narrativa abarca la autobiografía en su totalidad. En última instancia, lo que se plantea es que nuestra vida se ve moldeada por el relato o la narración que hacemos de ella, por lo que el énfasis se traslada a ese relato y no solo a la vivencia del trauma.
MSCJ. Sin embargo, no recordamos de la misma manera todos los recuerdos. En uno de tus estudios investigas en detalle la calidad de las memorias traumáticas en mujeres que han sufrido violencia de género. ¿Qué diferencias principales encontrasteis en la calidad de recuerdo de las memorias traumáticas en comparación a otras?

MC. Al estudiar las relaciones entre las características de las narrativas traumáticas de estas mujeres y su evolución encontramos que las mujeres que tendían a reexperimentar las emociones vinculadas a las situaciones de malos tratos durante el relato y que, por tanto, mostraban una mayor inmersión en el recuerdo de éstas, eran las que presentaban una sintomatología postraumática más grave. Este dato no nos indica, no obstante, si la intensidad de las emociones ligadas al recuerdo es la causante del desarrollo de la sintomatología o si, por el contrario, son las personas con más síntomas y peor evolución las que experimentan más intensamente sus emociones respecto al trauma, si bien es probable que ambos aspectos se retroalimenten en una especie de círculo vicioso que la persona intenta romper con las respuestas de evitación propias del trastorno de estrés postraumático.

Además, y de manera inesperada, encontramos que algunos aspectos lingüísticos de las narrativas de acontecimientos positivos, tales como su longitud, podían ser mejores predictores de la sintomatología de las mujeres que aspectos relativos a la propia narrativa del trauma. Este hallazgo puede suponer un importante cambio de enfoque al plantear la hipótesis de que, aunque un buen ajuste tras el trauma depende en gran parte de cómo se recuerda el acontecimiento traumático, también juega un papel determinante el modo en que se recuerdan en resto de acontecimientos vitales, incluyendo los más positivos de la vida de la persona, lo que se relaciona directamente con los planteamientos de la terapia de exposición narrativa.

MSCJ. Para finalizar, ¿qué te llevó a interesarte mayormente en esta técnica de intervención y no en otros tratamientos?

MC. Nuestro estudio de características específicas del relato de las experiencias traumáticas de mujeres víctimas de violencia en la pareja tenía como objetivo último plantear estrategias de intervención eficaces y efectivas adaptadas a la problemática y a las necesidades específicas de este tipo de víctimas. Por ello, los resultados de nuestros estudios nos llevaron a la búsqueda de técnicas centradas en el análisis global de la memoria autobiográfica. Pero también de técnicas adaptadas a las circunstancias específicas de estas mujeres, que implican situaciones de violencia interpersonal de larga duración en las que el peligro persiste en el presente, y en las que con frecuencia se produce una acumulación de traumas.

La terapia de exposición narrativa respondía a ambos requisitos, al centrase en la memoria autobiográfica total y al haberse aplicado a poblaciones en las que se da esa acumulación de traumas de larga duración, como son con frecuencia los refugiados.

Pero nuestro interés no se ha agotado ahí, sino que hemos seguido indagando en otras propuestas innovadoras para conseguir la recuperación del trauma, y no solo la reducción de la sintomatología postraumática. En este sentido también nos hemos centrado en otra técnica aún en fase experimental como la reescritura de imágenes.

Hay que destacar, además, la necesidad de subsanar uno de los principales problemas de la aplicación de los tratamientos psicológicos habituales en el ámbito de la violencia de género: las altas tasas de abandono, que se sitúan en torno al 20%. Técnicas como las comentadas abren nuevas posibilidades ya que son bien aceptadas por los pacientes y presentan tasas de abandono significativamente inferiores (entorno al 5% en el caso de la terapia narrativa expresiva).

Con todo ello lo que pretendemos, en suma, es avanzar en el desarrollo de propuestas terapéuticas adaptadas a las mujeres víctimas de violencia en la pareja con las que se consiga mejorar su adherencia al tratamiento, disminuir las tasas de abandono y conseguir mejorías significativas en la reducción de su sintomatología y en el incremento de su bienestar, pero también en la reconstrucción de una vida que ya no se defina por el trauma sufrido y por sus efectos.

Documentación y entrevista

Sergio Reina Rodríguez para My Scientific Journal  08/11/2020
 
Sergio Reina Rodríguez
Sergio Reina Rodríguez Redactor My Scientific Journal
PSICÓLOGO - Neuropsicología & Neurociencia - ASISTENTE DE INVESTIGACIÓN

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